La “Familia Delirante” aún procesa, porque cada uno digiere a su modo, la decisión de los integrantes de El Delirio de la Parca de tomarse “una pausa indefinida” en un proyecto que había empezado allá por 2004 cuando se tocaron en la estudiantina de la Técnica N°1 de Concordia.

Consolidados en escenarios nacionales, y radicados definitivamente en Capital Federal, sólo en el último año habían tocado en 16 ocasiones. La banda estaba activa, vigente e incluso, como reveló el vocalista Maximiliano Giménez en la entrevista concedida a #3200Cultura, estaba en carpeta la grabación de un nuevo disco.
“No es una despedida definitiva”
“Dicen los toreros: ‘buena suerte, compañeros’
Y no es tan fácil como decir solamente adiós…”
(“Buena suerte” – Los Rodríguez – 1991).
“No es una despedida definitiva, sino un hasta luego. Sentimos que es momento de detenernos, respirar, y mirar todo lo que construimos juntos: canciones que laten, escenarios que vibraron, amistades que trascendieron. Cada momento que vivimos gracias a ustedes quedará grabado en nuestro Corazón y en el alma de esta banda”, escribieron en redes sociales a principios de julio.

“Tuve el comunicado mucho tiempo. Armamos el comunicado y yo tenía que publicarlo al otro día y lo habré tenido 2 ó 3 meses ahí escrito y no podía publicarlo. Como que no me encontraba en eso de soltar El Delirio”, admitió visiblemente emocionado el querido “Negro”.
¿Por qué El Delirio de la Parca entró en una pausa indefinida? “Esta es la primera vez que voy a hablar de eso así que gracias por el espacio”, reconoció el músico concordiense. “Para mí fue y para todos los chicos fue un momento super difícil de tomar la decisión, fue algo que charlamos mucho, que debatimos mucho”.
En lo personal, Maxi recordó que “fueron 20 años donde yo crecí con esa banda, crecí con El Delirio como persona y como artista. Cuando empecé a tocar en El Delirio yo tenía 18 años”, precisó y marcó que después “pasó a ser El Delirio de la Parca cuando grabamos el primer disco y nos vinimos a vivir a Buenos Aires. Creo que todo eso fue construyendo mi personalidad musical, mi estilo. Me fui conociendo como artista también”, definió.

Y hubo más en la entrevista que puede repasarse en nuestro canal de Youtube: @3200deportes: “es en la banda en la que aprendí todo, es una banda que me dio muchas alegrías, todas las que tuve, que realmente cumplí sueños y que todavía me parecen increíbles. Con El Delirio hicimos cosas que eran impensadas para la edad que teníamos y para la distancia que teníamos con Buenos Aires”.

Al respecto, consideró que “pudimos hacer un trabajo de muchos años y en familia porque lo que más marcó a El Delirio de la Parca fue esto de ser una familia, de ser un grupo de amigos que empujaba para adelante, todos de igual manera, para construir el proyecto”.
“Poner una pausa saludable”
“Decidimos frenar, poner una pausa saludable como para poder también nosotros acomodar un poco la cabeza y saber dónde estábamos parados. Y hoy en día creo que ya lo puedo tomar desde otra perspectiva porque puedo seguir haciendo música, porque puedo seguir proyectando a través de esto que se viene que es Pichón de Bardo”, anticipó en lo que será tema para otro artículo aquí en #3200Cultura.

Se mostró ser de aquellos que cree “mucho en la energía de cuando las cosas tienen que pasar” y, en tal sentido, manifestó que “las cosas se estaban complicando mucho y por ahí, cuando uno tiene que forzar mucho las cosas, es porque algo no está bien. Quizás soy más de dejar que las cosas fluyan siempre con un objetivo claro, pero con El Delirio estaba pasando eso que nos estaba costando un montón algunas cosas que antes nos resultaban super simples y eso hizo que tomáramos esta pausa”.
“Tengo la esperanza de que todo se acomode”
“…Por eso vuelvo donde escapa el olvido
A sentir el olor de mi río
A patear las esquinas del barrio y
La plaza que espera por volverte a ver
Cantando…sin dolor…”
(“Vuelvo” – Demociones – 2017).
“Realmente nosotros queremos mucho el proyecto, de hecho teníamos la intención de sacar un nuevo disco”, reveló y completó: “no era un proyecto que venía parado, que venía tranquilo, todo lo contrario. Es una banda que, el último año, tocó 16 veces. Entonces, me costó mucho soltar”.
“El Delirio es algo que me marcó siempre y que claramente, como lo comunicamos, las puertas están abiertas a que en algún momento podamos juntarnos a tocar”, dijo sobre ese tramo del posteo en redes que dice: “no cerramos la puerta a que nuestros caminos se crucen nuevamente sobre un escenario”.
Mirando hacia el futuro, destacó: “la verdad que me quedo con eso de que la posibilidad está, de que con Agus (Agustín Kobrinsky, guitarrista) el vínculo está intacto, de que creo que es algo que queremos mucho y no daba para continuarlo sin que sea como como siempre fue”.

Cuando se le agradeció públicamente lo que hicieron en estas dos décadas y se le recordó cómo los acompañó Concordia a lo largo y ancho del país, otra vez con emoción expresó: “para mí fue un momento raro y estoy muy agradecido con la gente de Concordia que nos bancó desde un primer momento, con ustedes, con los medios, con la familia ni hablar que creo que todavía les queda ese sabor amargo a todos”, dijo y consideró: “es algo muy reciente, pero también tengo la esperanza de que todo se acomode como para para que podamos volver a tocar. Yo no lo veo como algo imposible ni como algo totalmente cerrado”.
Días épicos
El cantautor asumió el desafío de mencionar 3 momentos de la banda para poner en un cuadro. El primero lo remontó a lo que pasó en 2023 en pleno Campo de los Deportes de la costanera de Concordia. “Sin dudas, el show de La Renga para nosotros, a mí particularmente, me cambió la mirada de un montón de cosas”.

“Es uno de los días sin dudas más épicos y felices de mi historia en la música o de mi vida tocando”, reconoció y lo explicó por el contexto en que se dio: “era como algo que soñé, que lo soñamos todos, que esperamos mucho y nos encontró en un momento en el que realmente podíamos estar a la altura de brindar un show, un espectáculo y estar tranquilos, disfrutarlo cada segundo porque fue realmente un disfrute”.

Amplió lo que observó de aquel histórico recital del 20 de mayo de hace 2 años: “fue una locura. El contexto de estar en nuestra ciudad, después de 20 años, tocando para la gente que nos iba a ver en infinidad de bares, que nos acompañó de los barcitos a dar los primeros pasos en el Auditórium, de empezar a hacer clubes, de hacer lugares más grandes y creo que eso es lo que le dio el contexto a la fecha de Concordia”.
El segundo lugar al que viajó con su memoria fue al “Verde” de Concordia. “La última fecha en el Estudiantes. Hacía mucho tiempo que no hacíamos un Estudiantes, como 8 años porque demanda un montón de trabajo de logística y, estando en Buenos Aires, eso a veces se hace difícil”.

“Ese momento para mí de salir y ver el lugar lleno de gente que iba a escuchar nuestras canciones habiendo pasado como 20 años y después de haber teloneado a La Renga. Ese fue un gran momento de mostrarnos a nosotros que todavía podíamos producir en Concordia cosas que demandaban mucho tiempo a distancia. Fue un momento épico”, calificó.
En tercer lugar, eligió ir a Uniclub: “cuando pudimos dar el paso de hacer nuestro primer Uniclub. Era un lugar de Babilonia que lo nombraban en canciones de Los Piojos. Para nosotros es un lugar donde tocaban todos y que queríamos llegar desde el primer momento que estuvimos en Capital. Eso nos llevó un tiempo largo de trabajo”.

“A ese momento lo recuerdo también como algo similar al Estudiantes o a lo de La Renga de ver al equipo humano unido trabajando por algo que se venía soñando y desarrollando desde hace mucho tiempo atrás. Creo que esos son tres momentos que me marcaron con El Delirio como banda, del trabajo que hicimos para lograrlo y que la gente nos acompañó de esa manera”.
Antes de terminar, marcó que también “pasaron mil anécdotas que están increíbles o compartir escenarios con músicos que, me puedo dar el gusto de poder haber tocado: con Eruca Sativa, que los admiro un montón; con Cielo Razo, con Las Pelotas, con La 25. Todos esos momentos también están ahí como como súper latentes”, cerró.
